lunes, 4 de julio de 2011

Atamisqui: Tres Historias, Un Solo Lugar

Read this note in English



a) La Sachaguitarras
Elpidio Herrera es el músico más popular en esta ciudad de cuatro mil habitantes. Hasta allí llegamos a conocer al creador de la sachaguitarra, que a quien León Gieco lo definió como "el Keith Richards de Atamisqui". El patio de Elpidio Herrera tiene un terraplén que sirve como escenario natural, rodeado de árboles que cuelgan cuidadosamente calabazas de todos los tamaños, aquellos con los que fabrica sus sachaguitarras (o guitarra del monte), según la traducción del quechua. Qué es este instrumento famoso? Se trata de una calabaza con cuerdas (llamada "porongo") que también con un arco se utilkiza como violín. La sachaguitarra tiene otras virtudes: es capaz de imitar el sonido de la voz humana, el grillo, la rana, el útero y otras aves. En esos sonidos Elpidio se inspira para componer. Otra version de la sachaguitarra, es el denominado como "X10". Con este modelo, Manolo, el hijo de Elpidio Herrera, muestra cómo el rock and roll suena en el monte. Elpido lo acompaña en la canción que apareció después de una visita a Alemania "Trinken, aber nicht sich betrinken". algo así como "bebida, pero no se emborrachaba, porque el partido va a continuar". La excusa del encuentro nos trae a las ShaguitarrasAtamisqueñas , un grupo creado por Elpidio que ameniza cada año el Festival que tiene lugar en su casa, donde se preparan pasteles en el horno de barro, locro cocido en ollas gigantes y parrilla en las cama elástica improvisadas . Elpidio se convierte en un buen anfitrión, antes de iniciar su concierto de Sachaguitarras, único en el mundo.


b) Las teleras de Atamisqui
Para ver el mejor tejido en telar tiene que venir a Atamishqui. Aquí se producen las mejores piezas de mantas, ponchos y tapices que se puede comprar directamente en las casas de los tejedores. Las Teleras de Atamishqui se mezclan en el paisaje. Este trabajo se transmite de generación en generación (incluidos los niños y hombres que ayudan ). Improvisan con palos telares rústicos en sus ranchos. Es casi mágico asistir a la hilada, mirando en segundos mechas de lana que se transforma en hilos para tejer. El principal secreto de las teleras, dice doña Victoria, en la misma ciudad, "es que el tejido debe estsr siempre bien apretado" mientras presiona el pedal de su telar de madera. Curiosamente, no es un lugar de ovejas y las teleras tienen que buscar lana fuera de la zona. Después de la selección de hilados de lana sigue el proceso de lavado, que se realiza manualmente, cuando se quiere dar color. "Si la tela va a ser natural de lana blanca, hervida para eliminar la grasa," Los colores son naturales, con tintes naturales a partir de cortezas de árboles, raíces, hojas, incluyendo el humo. . "Lo que se extrae de la corteza del árbol de algarrobo es el mejor porque no se desvanece, y también sirve el árbol de vinal. El proceso es simple:. Hervir la corteza (en algunas plantas las raíces se utilizan), se presiona y con el el líquido se obtiene la lana empapada ", continuó Victoria. Partes del telar de madera sólo se conocen por su nombre quechua: "Este es el aisana guasama dice un viejo tejedor cuando se refiere a una barra que tira del hilo hacia atrás Y éste le decimos pintuna. De una forma u otra, los telares de Atamisqui continuarn su tarea. Se toman unos doce días, aproximadamente para hacer una manta para dos personas en tonos naturales o un mes un poncho. Las mejores teleras están agrupadas en la Cooperativa denominada "teleras Atamisqueñas", que realizan el trabajo en solidaridad, con ventas al público en el centro de Atamishqui. Pueden ser contactado por correo electrónico: telerasatamisqui@hotmail.com

c) Quichuistas de Atamishqui
Atamishqui es un pequeño arbusto que crece en la parte central de la provincia de Santiago del Estero (Argentina) y que da nombre a este pueblo situado en una llanura semiárida, dominada por el sistema de Chaco Espinal, en donde crecen plantas como el mistol, el algarrobo, quimil, chañar, jume, etc. De acuerdo con su significado en quechua significa tierra dulce o tal vez debido a su proximidad al Mayu Mishqui o "Río Dulce". El quechua es hablado aquí, pero la lengua de los Incas es una lengua invasora. En Santiago del Estero, el lenguaje llega recién con los conquistadores españoles, con Diego de Rojas en la "primera entrada" de 1543. En este avance Rojas fue acompañado por un grupo de "yanaconas" funcionarios indios que hablaban quechua, originando aquí lo que se llama el "quichua santiagueño", que ha sobrevivido por más de 450 años en esta "isla lingüística"
En Salta, Tucumán y Catamarca, el quichua desaparece como lengua viva y es rescatada sólo en los nombres de lugares, plantas o animales. Esto se debe a que la comunicación era más fácil para las regiones con los centros de población donde se utilizó. Pero aquí, en Santiago, el quichua ha soportado y sigue siendo hablado en la mayoría de los departamentos de la provincia. Los autores tienen varias razones, tales como el aislamiento debido a los bosques que los rodeaban, o el mayor número de indios que desde el principio aprendió quichua en Santiago del Estero.
Ser "quichuista" se propaga en el aire y se guarda en las casas. Y aunque algunas personas piensan en un proceso hacia atrás, en nuestro último viaje nos sorprendió otra realidad. Nos encontramos que existe un renovado interés en el idioma de los Incas. Muchas personas en las zonas rurales se administran mediante el lenguaje. No sabemos qué pasa con aquellos que tienen que migrar a los centros urbanos, que ocultan su condición de bilingüe y que se ven obligados a hablar sólo en español. En muchos lugares del interior del departamento se habla quichua santiagueño. Se canta y grita en quichua. Muchos padres y madres lo utilizan para cuestionar su "huahuitas" (los bebés), y se estudia en las escuelas. Familias enteras (que, como sabemos, son de muchos miembros) hablan quichua. Josefa Melian, telera y madre de doce hijos quechua hablantes, que viven en la zona de Atamisqui rurales no piensan en cambiar de idioma. El quichua de Santiago del Estero está dentro de la gente. No hay señales ni carteles en las rutas en ese idioma. Ni los periódicos o radios hablan en quichua. Sin embargo, el quechua está vivo, sobreviviendo al paso del tiempo desde que Diego de Rojas y sus yanaconas entrado en este territorio.










1 comentario:

  1. Hola como estas? Muy lindo post sobre un lugar del que acabo de venir hace poco tiempo! Buscando info del señor Elpidio Herrera he llegado a tu blog. En mi blog tengo unos videos que quizas te interesen! saludos!!

    http://gambeteandoconladepalo.blogspot.com.ar

    ResponderEliminar