Los primeros conquistadores llegaron desde el Alto Perú, lo que es hoy la Provincia de Córdoba, a excepción de unos primeros intentos fallidos desde el rio Paraná. Desde aquí siguieron hasta el Rio de la Plata, uniendo en el Camino Real el vasto territorio del Virreinato del Perú.
A fuerza de andar fueron dibujando senderos y sembrando el camino para el surgimiento de caseríos, postas, estancias e iglesias. Así se comenzó a dibujar un camino que tiene más de 400 años, y que está siendo revalorizado en estos tiempos.
En su trayecto desde el norte de Córdoba hasta la ciudad de Colonia Caroya, une sitios de gran valor histótico, natural y cultural que merecen la visita.
Por sus postas circularon aventureros, viajeros, autoridades reales, comerciantes y misioneeros. También hicieron desandaron este camino clérigos de todas las órdenes eclesiásticas: franciscanos, dominicos, mercedarios y jesuitas.
En las guerras de la independencia y luego en las de la guerra civil, los senderos y postas fueron testigos del paso de ejércitos del Norte, de encumbrados militares como Liniers, Belgrano, San Martin o Facundo Quiroga.
La restauración del Antiguo Camino Real, que corre casi paralelo a la actual ruta 9, ha incluido trabajos viales, de señalización, revalorización de potas y centros de interpretación en Colonia Caroya, Villa de Tuluma y San Francisco del Chañar.
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