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Recostada sobre la Cordillera de los Andes, una ruta recorre más de 5000 kms., transcurre por 30 latitudes, asciende del nivel del mar a casi 5000 msnm, atraviesa desiertos y zonas densamente pobladas, cruza pueblitos escondidos, pasa todos los climas imaginables de los -20º a +40, cruzando por desiertos y espesas junglas con lluvias torrenciales.
La ruta 40, de la que hablamos, no pasa inadvertida para los aventureros de raza y en ella transcurre gran parte de la propuesta de OTRAVELS.
Habitualmente se divide la Ruta en tres tramos, correspondientes al Sur, Central (Cuyo) y Norte. Nuestro objetivo es la parte Norte, pero también incluimos en algunos circuitos parte de La Rioja y San Juan.
En San Juan, hay que separarse un poco de la ruta para llegar a Ischigualasto, y así apreciar las improntas de millones de años y observar el Triásico en su esplendor. Apenas unos kilómetros más adelante encontramos a Talampaya, que nada tiene que envidiar al Cañón del Colorado y donde los pueblos originarios dejaron sus huellas. Laguna Brava y la explosión e flamencos rosados nos espera con su blanco paisaje en las alturas cordilleranas.
Abajo, la Cuesta de Miranda, como una paleta de pintor nos ofrece su arco iris de colores, hasta llegar a los oasis de Chilecito y Famatina, con sus fincas de vides, nogales y frutas. En las laderas del Cordón de Famatina, los pirquineros no abandonan los sueños de oro. El clima de Arauco resulta ideal para la producción de olivas, ofreciendo al mundo las famosas aceitunas y aceite de Aimogasta.
Catamarca nos recibe en su Ruta del Adobe, que muestra esta peculiar construcción que se mantiene hasta nuestros días por la sequedad del clima, y nos conduce a las alturas del Paso de San Francisco.
Seguimos por la "40" hasta las ruinas del El Shinkal, ciudadela Inca del Collasuyo, enmarcadas por las serranías de Londres, capital nacional de la nuez. La cultura diaguita y pre-inca nos espera en Belén en las manos de las "hadas teleras", Más allá los enigmáticos Jasis desplegan un abanico de colores y raras formas.
La ruta 40 se transforma en Ruta del Vino cuando cruza los Valles Calchaquíes, descubriendo culturas milenarias a cada paso, trepando y trepando hasta la Puna que se presenta en San Antonio de los Cobres. Desde aquí transitamos por esta inhóspita llanura de altura pasando por Susques hasta descubrir la inmensidad de las Salinas Grandes, manadas de vicuñas, el espléndido paisaje de Cusi Cusi o Ciénaga de Paicone, alejadas iglesias como la de Casabindo, fiestas de hondo fervor religioso como en Santa Catalina, hasta llegar a La Quiaca, como se tiene previsto.
Consejos para nuestro viaje. Llevar equipo liviano de ropas y a la vez abrigo, teniendo en cuenta que el clima es impredecible. Los vientos del oeste traen sequedad o bien tormentas de nieve. Anteojos de sol con filtro, manteca de cacao y crema no deben faltar. En los itinerarios de altura, tomar té de coca y galletas y evitar comidas de difícil digestión. En el Paso de San Francisco ( 4800 msnm) se provee oxígeno auxiliar
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