sábado, 11 de junio de 2011

Molinos Harineros De Jachal



La legendaria ruta 40 nos sorprende con una copiosa nevada en estos frios dias de julio, que no hace sino resaltar su incomparable belleza escénica. Con un obligado desvio, debido a que la Cuesta de Huaco estaba nevada , llegamos a San José de Jáchal. Esta antigua ciudad, fundada en 1751, ha sido un importante centro comercial en los años de la Colonia y conserva su patrimonio arquitectónico importante, como la Iglesia de San José, cuyo principal tesoro es un Cristo Crucificado de tamaño natural oriundo de Potosí, traído a fines del siglo XVIII, y también conocido como "El Señor de la Agonía". Hasta hace poco más de un siglo, Jáchal era un próspero poblado que exportaba harinas y ganado a Chile. Cómo testimonio de aquella época queda una docena de antiguos molinos harineros, situados en las afueras del casco urbano, varios restaurados, mudos testigos de los momentos más prósperos de la economía regional.
Los molinos fueron instalados gracias al cultivo de trigo en la región, desde los tiempos coloniales, gracias a los sistemas de regadío. En la zona de Tamberías se levanta el Molino de Sardiña, construido en torno de 1880 por un ingeniero español. A principios del siglo XX pasó a manos de la familia Sardiña, que hoy día mantiene su estructura original: planta baja, primer piso, sótanos, sala de limpieza y de usos múltiples, galpón y galerías. La maquinaria original, realizada en madera de algarrobo y quebracho, se conserva dentro del edificio principal de adobe.

También se visita el Molino de Reyes, levantado en torno de 1845. Funcionaba (hasta 1970) con un sistema de cernido más rudimentario que el anterior, y conserva la maquinaria original, aunque no está en tan buenas condiciones como el Molino de Sardiña.


Otro molino para visitar es el Del Alto o García, construido por un inglés y comprado en 1922 por Víctor Eleazar García, que fue agregando anexos hasta formar un amplio complejo industrial. Con noria de algarrobo y sistema de molienda a piedra, en 2005 se lo puso en funcionamiento nuevamente, con toda la maquinaria original.

Finalmente, el circuito se completa en el Molino de Huaco. Fundado en 1775 por el chileno José María Suarez y Poblete, perteneció desde el Siglo XIX a la familia Dojorti ( versión criolla del apellido ingles Dougherty), fundador de la familia y que fue uno de los prisioneros de las Invasiones Inglesas enviados a San Juan. La nave principal del molino, que funcionó hasta 1965, posee una original techo de caña y barro, apoyada sobre muros de adobe. Aun pueden verse en su estado original los mecanismos de transmisión de fuerza de la rueda del molino, que era accionada por una caída de agua, con piezas de algarrobo negro talladas a mano. Junto a los depósitos del molino se conservan partes de la casona rural con su patio central, en la que nació y vivió el poeta Eusebio del Jesús Dojorti Rocco, que fuera conocido con el seudónimo de Buenaventura Luna.



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