martes, 21 de junio de 2011

Ruta Del Adobe

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Pintoresco recorrido de 55 km que discurre en el oeste de la Provincia de Catamarca, y en el que aparecen viejas construcciones de adobe y madera que conforman un destacado circuito histórico cultural. El camino se presenta de norte a sur (o viceversa) desde Tinogasta hasta Fiambalá, recostado sobre la cordillera de los Andes.

Generalmente se toma como base la ciudad de Tinogasta. Alli se encuentra la antigua vivienda Casagrande, centenaria casona que perteneció al vicecónsul chileno Rodolfo Orella, y donde ahora su bisnieta instaló un complejo turístico. Anteriormente funcionó el Batallón Cazadores de los Andes. Esta construcción de adobe tiene techos de seis metros de alto, muros de entre 50 y 70 centímetros de ancho y amplias y frescas habitaciones con mobiliario del siglo XIX.

La Ruta sigue hacia el El Puesto, en donde se alza la primera de las iglesias consagrada a la Virgen del Rosario de principios del siglo XVIII. Se trata de una capilla privada, de allí su nombre: Oratorio de los Orquera. Su nave de techos con vigas de algarrobo curvado y una torre campanario de estructura circular realizada en barro preserva una impresionante imagen de la Virgen, un óleo de la Sagrada Familia e imaginería procedente de Chuquisaca.


La ruta prosigue cinco km hasta La Falda. Ese es el nombre de la localidad donde se alza la Iglesia de Andacollo, un templo de mediados del siglo XIX que combina el adobe de las paredes con molduras de cemento y cal. Semidestruido por un movimiento sísmico ha sido reconstruido con las técnicas originales de la época.

Anillaco fue un importante centro económico y religioso. Allí, en un edificio de 1712, funciona el Museo Histórico Provincial Mayorazgo. Propiedad de don Gregorio Bazán y Pedraza, antiguo establecimiento rural construido en adobe y algarrobo, con techos curvados que recuerdan las estancias andaluzas de la época. Se luce la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, quizás el más perfecto exponente de la arquitectura en adobe. Construida a principios del siglo XVIII, se destaca por los muros de adobe de un metro de ancho, el techo de caña y barro y el piso de tierra. Contiene antiguas imágenes traídas del Alto Perú.

La ruta sigue hacia Batungasta, a orillas del río La Troya. En este caso, el atractivo no es una iglesia, sino los restos de un asentamiento indígena conocido como Watungasta, "pueblo de los grandes adivinos" de 1500 años de antiguedad. Las ruinas de una ciudad fortificada pucará con viviendas simples y lugares de reunión se extienden unas 11 hectáreas, que funcionaba como centro estratégico para el intercambio transandino.

El circuito finaliza en Fiambalá. Apenas se ingresa al pueblo se puede admirar la Iglesia de San Pedro de 1770, un auténtico ejemplo de la arquitectura colonial. El capitán español Domingo Carrizo dispuso su construcción y ordenó traer desde Bolivia la imagen de San Pedro Caminador alrededor de la cual gira el culto. Cada 29 de junio, este templo declarado Monumento Histórico Nacional, concentra la festividad del santo patrono.

Cerca, la Comandancia de Armas, levantada en 1745 alberga murales de soldados arcabuceros flanqueados por columas salomónicas, candeleros, monturas e instrumentos de labranza.

El final de la Ruta puede completarse con con la visita al Paso de San Francisco o con reconfortantes baños termales en las Termas de Fiambalá.











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